El dispositivo permite comprobar de forma automática si el DNI o el pasaporte se corresponden con las características biométricas del pasajero.
Los viajeros que vayan a coger un vuelo en el
aeropuerto de Málaga no se encontrarán a partir de ahora con un policía
encargado de comprobar si su documentación está en regla. Desde el
pasado jueves, el aeródromo de la Costa del Sol cuenta con un
dispositivo electrónico capaz de identificar a los pasajeros por control
biométrico.
El sistema ABC, que está dentro del proyecto
europeo de fronteras inteligentes, combina la lectura automática del
carné de identidad o el pasaporte con un chequeo de los rasgos físicos
de los viajeros, lo que permite verificar si la persona que pretende
coger el vuelo se corresponde con la que figura en el documento.
El sistema permitirá agilizar «enormemente» el
control fronterizo, ya que evita que los agentes tengan que comprobar
uno a uno cada pasaporte, según explicó el secretario de Estado de
Seguridad del Ministerio del Interior, Francisco Martínez Vázquez, que
se reunió el viernes en Málaga con el subdelegado del Gobierno, Jorge
Hernández Mollar, y varios mandos policiales para conocer de primera
mano el estado de ésta y otras infraestructuras de la provincia.
La verificación automática de los documentos,
similar a los puestos de 'check-in' que ya existen en muchos aeropuertos
españoles, se realiza a través de los dos perfiles biométricos grabados
en el pasaporte o el DNI del titular, la huella dactilar y la
fotografía digitalizada. El sistema, no obstante, está limitado a los
ciudadanos del Espacio Económico Europeo (EEE). El resto tendrá que
pasar el control tradicional de la policía.
El dispositivo abre automáticamente la barrera si
no se detectan anomalías entre el documento y el usuario. En caso de que
se produzca alguna discordancia, la barrera permanece cerrada y el
dispositivo emite un aviso a un funcionario para una comprobación más
exhaustiva, ya que el control biométrico estará supervisado desde una
cabina operada por agentes de las Fuerzas de Seguridad.
El sistema se estrenó el jueves pasado y en estos
momentos se encuentra en fase de formación para que los agentes que
trabajan en el control fronterizo aprendan a utilizar esta tecnología de
escáner facial, que también es capaz de detectar los pasaportes
falsificados.
Durante el primer día de pruebas, el dispositivo
no detectó discordancias en más del 90% de los viajeros que utilizan el
filtro de control biométrico. En el 10% restante caben multitud de
posibilidades, desde una falsificación a un cambio de 'look' del
pasajero. «Puede ocurrir que se haya dejado barba y en documento salga
sin ella, y por eso el sistema no lo reconozca», aclara el secretario de
Estado.
Tercero en España
El aeropuerto de Málaga se convierte en el tercero
de España -después de Madrid y Barcelona- en incorporar este sistema de
fronteras inteligentes. Martínez Vázquez avanzó que el Gobierno
pretende extender esta tecnología a los aeródromos de Palma de Mallorca,
Alicante, Tenerife y Gerona, que son los que tienen un mayor tráfico
aéreo. Entre este año y el que viene se instalará también en el puerto
de Algeciras.
La terminal malagueña es actualmente la cuarta de
España por volumen de viajeros con 12,9 millones de personas en 2013,
que la convirtieron en la que más creció de toda la red de Aeropuertos
Españoles y Navegación Aérea (AENA). El aeródromo está preparado para
atender en un futuro hasta 30 millones de pasajeros, siendo uno de los
que cuentan con el privilegio de tener dos pistas.
La tendencia también se ha mantenido este año. El
aeropuerto ha cerrado el primer trimestre con un crecimiento que
multiplica por más de tres la subida media de pasajeros en el conjunto
de la red y por nueve el aumento de movimiento de aeronaves. La terminal
malagueña ha ganado un 6,6% de pasajeros, frente a la media nacional
del 1,8%.
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